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Telesur e a derrota da Direita neolibelês e do PiG

Dilma venceu Aécio, o PiG e os setores do grande capital
publicado 02/01/2015
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O Conversa Afiada reproduz artigo da TeleSur:



Dilma, el triunfo de Brasil sobre el neoliberalismo


La presidenta de la República Federativa de Brasil asumirá su segundo mandato luego de una ardua contienda contra la derecha neoliberal encabezada por Aécio Neves, los medios de comunicación y los sectores del gran capital.


El próximo 1° de enero inicia el segundo mandato presidencial de Dilma Rousseff, una militante de izquierda, encarcelada y torturada por la dictadura que nunca renunció a su compromiso con las causas del pueblo brasileño y sus ideales de transformación social.


El 26 de octubre alcanzó la victoria que fortaleció la época de cambio que vive la región, conseguida con gran esfuerzo dado el poder de la maquinaria nacional e internacional de la derecha y sus medios de comunicación que la enfrentaban.


Todo arrancó durante el mandato de Lula, se inició la etapa en la que Brasil obtuvo grandes avances en materia social, económica y política; lo que se vio refrendado en el triunfo de Dilma en 2010 con el 56,05 por ciento de los votos.


La primera mujer presidenta declaraba en su acto de investidura, "Mi compromiso supremo es honrar a las mujeres, proteger a los más frágiles y gobernar para todos".


Cumplió su compromiso a cabalidad, basta con revisar los logros de Brasil en los últimos años. La fuerte inversión social de las riquezas del país significó una afrenta para los factores del gran capital que exigían el control absoluto de la economía nacional.


La tarea de la derecha consistió, entonces, en agudizar los conflictos internos y jugar al fracaso de Brasil en eventos tan importantes como el Mundial de Fútbol. La caída del equipo nacional brasileño ante Alemania serviría para apuntalar la prédica de la derecha que jugaba al fracaso.


Los medios comentaban:


“Reportes de la prensa brasileña citan a obreros no identificados que culpan al apuro por terminar la Arena Corinthians por la decisión de levantar el último pedazo del techo, a pesar que el terreno alrededor del edificio estaba blando luego de varios días de fuertes lluvias”.


“Es imposible hacer cualquier previsión en este momento de que eso (el accidente) va a atrasar alguna cosa. De todos modos, no podemos pensar que si se atrasa tres meses, el estadio va a estar fuera de la Copa del Mundo” (O’ Globo).


A esto se sumaron protestas contra alcaldes locales por deficiencias en la gestión, e incluso, quienes se oponían de manera honesta a la realización del mundial por considerar que esos recursos beneficiarían a la FIFA y a las grandes empresas y no al pueblo brasileño. La derecha pescaba en Río revuelto.


Dilma supo leer el momento político y, contrario a lo que pensaba la derecha, llamó al diálogo a los manifestantes. Convencer y no imponer era la consigna; eso explica por qué algunos manifestantes la invitaban a sumarse a la lucha.


El Mundial se realizó, un gran logro de Brasil, su pueblo y la presidenta. Latinoamérica destacó por su calidad y por un programa que copó las pantalla con Diego Armando Maradona y Víctor Hugo Morales en De Zurda, exclusivo para TeleSUR.


En ese contexto se presentaron a la contienda electoral de septiembre de 2014 una decena de candidatos. Tres de ellos bien posicionados, Dilma Rousseff, Marina Silva (quien sustituía a Eduardo Campos, fallecido en un lamentable accidente) y Aécio Neves.


La estrategia de la derecha consistió en potenciar a la candidata Marina Silva, una exmilitante del Partido de los Trabajadores que había estado relacionada con el trabajo ambientalista, vinculada al sector financiero y a sectores cristianos evangélicos. En la sombra permanecía, protegido, el verdadero candidato del gran Capital, Aécio Neves, representante de la socialdemocracia.


El resultado en la primera vuelta no dejó lugar a dudas, Marina Silva sufriría un desplome a pesar del apoyo abierto de poderosos medios como la cadena O’Globo. Dilma salía victoriosa, con 41.59 por ciento de los votos, seguida por Neves, la “sorpresa de la jornada”. Marina salía de escena.


Aécio Neves, el candidato del Partido Socialdemócrata Brasileño (PSDB) apuntalaba el retorno del modelo neoliberal con el apoyo de los medios y del capital financiero. Detrás estaba su mentor, Fernando Henrique Cardozo, responsable de la década neoliberal que empobreció a los brasileños.


Dilma por su parte basaba su campaña en el contacto con la gente, con el apoyo del expresidente y líder obrero Luis Inácio Lula Da Silva.


Los medios, en una estrategia de guerra sucia no desconocida en la política brasileña trataron de manipular un caso de corrupción en Petrobras, violentando la normativa electoral, con la convicción que esto alejaría al pueblo brasileño de la propuesta de Rousseff.


Así, Brasil llegó al día de la segunda vuelta electoral. Dilma, candidata de la Patria Grande y del pueblo brasileño enfrentaba al neoliberalismo y al candidato del Gobierno de EE.UU. y de la derecha Aécio Neves.


Los resultados no dejaron espacio para la duda. Dilma fue reelecta con 51.62 por ciento de los votos. Así lo anunciaba el representante del Tribunal electoral en transmisión por teleSUR en su especial Brasil Decide:


El pueblo celebró su triunfo. El gigante suramericano continuaba su senda de esperanza al lado de los gobiernos progresistas de Latinoamérica en esta época de cambios. La patria Grande celebraba también el triunfo de las ideas socialistas en la región.


En este segundo mandato Brasil inicia una nueva etapa de retos y desafíos que deben llevar a la reforma política y la democratización profunda de Brasil, en el plano interno y la unión latinoamericana y la consolidación de los BRICS a nivel internacional.




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